viernes, 16 de abril de 2010




La Mezquita Hassan II, en la ciudad de Casablanca (Marruecos), es el edificio religioso más alto del mundo y el segundo más grande, tras La Meca. Se trata de una de las pocas mezquitas que permite la visita a turistas no musulmanes. Fue inaugurada en Agosto de 1993, tras una construcción que empezó en 1985 y que empleó a 35.000 personas y 6.000 artesanos marroquíes. Además de mezquita, el edificio sirve como medersa, sala de conferencias, hammams o biblioteca especializada.El norte africano está ampliamente familiarizado con arquitecturas y esculturas impregnadas de arte árabe, circunstancia que se afianza en la rica historia que de aquellas tierras se conoce. Un ingeniero francés, Michel Pinseau, tuvo presente aquel concepto y edificó, por motivo del cumpleaños sesenta de un antiguo rey marroquí, Hassan II, uno de los monumentos religiosos más grandes del mundo, que atrae miles de turistas ávidos de conocer más sobre los enigmas del Islam: La Mezquita Hassan II, ubicada en la hipnótica ciudad de Casablanca, en Marruecos.Dada su construcción en la década de los ochenta del siglo XX, este espléndido ejemplar cuenta con modernidades tales como una cómoda calefacción, un techo corredizo, cimientos preparados en caso de sismos, y un láser que se aprecia en la noche desde su ingente minarete hasta La Meca. Su ambiente interior está labrado con los insumos más finos y originales característicos de las organizaciones árabes, como lo demuestra sus finísimos acabados en los suelos de granito; notables pasillos a base de mármol, magnánimas columnas de es mismo material y esculturas de escayola, como también objetos detallistas en base ha selecto madero, acompañados de los eternos mosaicos propio del estilo musulmán.Sus puertas, en base a bronce y estaño, y que alberga setenta y seis pilares que sostienen su cielo, pueden recibir la visita de hasta cien mil creyentes, distribuidos sabiamente en ochenta mil en su patio y veinticinco mil en el ambiente de oración. Si se adentra un poco más, puede encontrarse con espectáculos milenarios como devotos en acción en su escuela coránica, o ricas indumentarias atendiendo charlas en sus amplias salas de coloquios. También, los investigadores sociales pueden realizar su propósito en sus excelentes bibliotecas, con una gran bibliografía sobre el Islam.Una de las razones principales que el turismo concurre a esta mezquita, es la de poseer el minarete más alto del mundo, con su más de doscientos metros. Esta inigualable torre se puede apreciar bien en un día soleado, como también en un cielo nocturno y estrellado, desde una gran distancia. Sentirá que ha retrocedido hasta la época de Mahoma, donde querrá sacarle buen provecho a su cámara fotográfica. Para entrar a él, por costumbres de aquel credo, sólo se puede mediante un guía, que le brindará la información que usted desee. Así, usted mismo se deleitará con el porqué varios filmes norteamericanos y europeos utilizan aquellos parajes como ambientación idónea para su espectáculo.

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